Descubre cómo fue la lucha internacional, nacional y regional de las mujeres para alcanzar la participación ciudadana y política.
El derecho de las mujeres a votar se convirtió en una de las
primeras luchas feministas. El movimiento feminista a favor del sufragio
femenino, conocido como “movimiento sufragista”, nació formalmente en 1848 con
Manifiesto de Seneca Falls, la primera convención por los derechos de la mujer
organizada en Estados Unidos.
La Segunda Revolución Industrial, que inició en la década de
1870, influyó en la aceleración del movimiento feminista en la última parte del
siglo XIX, con grandes cambios sociales en los países más desarrollados.
Un elemento importante lo instituyó la agregación de la
mujer al trabajo durante la Primera Guerra Mundial para suplir a los hombres
que habían marchado al frente. La importancia de su valor social alentó sus
demandas del derecho al voto.
Los principales objetivos del movimiento feminista siguieron
siendo los mismos: el derecho de voto, la mejora de la educación, la
capacitación profesional y la apertura de nuevos horizontes laborales, la
equiparación de sexos en la familia como medio de evitar la subordinación de la
mujer y la doble moral sexual.
El primer sufragio femenino sin restricciones se aprobó en
Nueva Zelanda en 1893. En Europa, Finlandia, Noruega y Suecia, reconocieron el
derecho a voto igualitario a principios del siglo XX, mientras que Inglaterra y
Estados Unidos lo aprobaron una década después.
Uruguay fue el primer país latinoamericano en aprobar el
sufragio femenino en 1927. En España este derecho se aprobó en 1931 durante la
Segunda República, quedó restringido durante la dictadura franquista y se
recuperó durante la transición democrática. El último país que ha aprobado el
sufragio femenino ha sido Arabia Saudí, en 2015. Sin embargo, a día de hoy,
todavía hay algunos países en los que las mujeres no tienen garantizado ese
derecho.
Evolución en México
En México, el 17 de octubre de 1953 el Diario Oficial de la
Federación publicó el Decreto en el que se anunció que las mujeres tendrían
derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular.
Por otro lado, México entraba al grupo de las naciones
avanzadas y democráticas en donde las mujeres ya eran ciudadanas. El primer
paso estaba dado y las mujeres comenzaron a participar activamente en la vida
política de los municipios y, en general, en todos los aspectos de la vida
pública.
Fue así como participaron en campañas de alfabetización,
lucharon por el incremento de la producción y la resolución de problemas de
vivienda, alimentación, vestido y medicinas. La idea de otorgar el voto
femenino, reforzaba los valores más tradicionales, porque se trataba de que las
mujeres participaran en la vida nacional.
El 1 de diciembre de 1952, al tomar posesión de la
presidencia, el Lic. Adolfo Ruiz Cortines declaró: “… ya promuevo ante Vuestra
Soberanía las reformas legales pertinentes para que la mujer disfrute de los
mismos derechos políticos que el hombre”. Con la concesión del derecho al voto,
daba respuesta de alguna manera a la inconformidad de las mujeres y, al mismo
tiempo, no afectaba al sistema, pues ellas seguirían bajo el control político e
ideológico de aquel partido oficial, además de dejarlas circunscritas a
actividades pertenecientes al ámbito familiar.
Fue así como las mujeres entraron legalmente a formar parte
de la vida pública frente a la política de México. Para ellas, en esa época,
fue un gran logro y un avance político.
En 1953 se reconoce el derecho al sufragio femenino gracias
a la organización y participación de las mujeres en los foros públicos,
demandando derechos ciudadanos, sólo que ese avance no se materializó sino
hasta por lo menos dos décadas después, debido a que en la mayoría de los casos
seguían siendo los hombres quienes decidían lo que sus esposas, hijas o
hermanas debían hacer.
En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres
acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto. Se considera que hasta
los años 70 del siglo XX es cuando en realidad las mujeres empezaron a emitir
su voto, ya que en el mundo se daba una revolución ideológica y política, como
consecuencia de la filosofía de la liberación.
Sufragio femenino en Baja
california
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
reconoce el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, no obstante, la
participación en la vida política, la integración de los poderes de gobierno y
el derecho a votar en las elecciones, únicamente estaba destinada al género
masculino.
Aunque ya se ha superado este reto, el género femenino
continúa enfrentándose a otros para poder participar en la vida política. Por
ejemplo, en las legislaturas del Congreso de Baja California, en un periodo de
24 años transcurridos entre 1995 al 2019, se ha integrado con 163 diputados
hombres frente a sólo 38 diputadas mujeres.
En nuestro Estado no ha existido ninguna mujer que haya
ocupado el cargo a la Gubernatura. Por lo anterior, los Institutos Electorales
han venido emprendiendo programas y acciones para lograr la verdadera inclusión
de las mujeres en la vida política. En tanto, el Instituto Estatal Electoral de
Baja California, ha decidido implementar medidas afirmativas para lograr la
verdadera inclusión de la mujer, estableciendo bloques de competitividad,
alternancia de género y que en caso de existir números nones, estos sean
asignados a mujeres, ello en la integración del Congreso del Estado.
Por tales razones, en la actualidad sí se ha avanzado,
aunque lentamente en la participación de la mujer en la vida pública del estado,
sin embargo aún falta camino por recorrer y lograr la igualdad. Por lo que, en
el siglo XXI, después de esta lucha constante por tener el derecho a votar y
ser votada, la mujer ha logrado el reconocimiento pleno de sus derechos
fundamentales.
De hecho, continúa su gestión en pro de la equidad de
oportunidades en todos los aspectos y, en especial, en la obtención de espacios
reconocidos dentro de la política pública.
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